Hacia el IMSS del 2050
Aún me cuesta trabajo creer que quizá en el 2050, más o menos, en el IMSS -o cómo sea identificado en ese momento- el personal del área de la salud consultará y tomará decisiones [o al menos traten…] a través de bases de datos; Y de datos grandes –big data-, considerando innumerables variables que pueda haber intra-individuo, todo para que procesado a través de algoritmos refinados y con una capacidad de cómputo inhumana, un médico pueda decidir mejor sobre la terapéutica para el problema de salud X del paciente Y.
Estamos alcanzando la capacidad de optimizar el uso de las herramientas computacionales cruzadas con las ciencias biomédicas para tomar mejores decisiones, algo que ya se ha venido conociendo como medicina basada en la evidencia –evidence based medicine– y que actualmente está siendo impulsada a niveles exponenciales. Hasta antes del manejo tradicional, se trataba de tomar la mejor decisión con respecto a la clínica explorada del paciente “X” y se prescribía o recetaba el tratamiento “a” o “b” de acuerdo a experiencia, formación, y lo que se podía “ver” de ese mismo paciente. Actualmente, mucho de esto cambiará debido a que esos mismos datos del paciente “X”, podrán ser comparados, cruzados e integrados en una base de datos gigantesca de otros pacientes con el mismo trastorno, para arrojar una perspectiva mejorada de qué tratamiento sería mejor, y a su vez, sumar sus variables a los datos ya existentes para que el algoritmo detrás vaya construyendo una matriz de variables y posibles soluciones para ese trastorno en distintos momentos y más pacientes, y eso, sin dejar de tomar en cuenta características individuales que habrán inevitablemente. Se ve fácil escrito, pero detrás de este cambio titánico hay un trabajo enorme de científicos de datos, biomédicos, más investigadores, ingenieros, programadores, matemáticos, etc; además de todas las implicaciones éticas, financieras y sociales, que este cambio inevitablemente generará.
No imaginamos bien cómo lo vaya a gestionar o se adaptará nuestro sistema de salud, el Seguro Social, el IMSS, o la Secretaria de Salud del 2050 con las implicaciones totales de ese futuro -que ya está ocurriendo en este momento- pero que aún así tendrán que ocurrir porque aunque nuestra biología no haya trascendido nuestro desarrollo, sí lo están haciendo nuestra cultura, demografía y comportamiento.
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